Barbos con boloñesa en Madrid - Madrid bolo barbels.

Una calurosa mañana de Agosto, quedamos mi buen amigo Dan y yo, para hacer lo que más nos gusta, que es pescar. Yo llevaba unos cuantos días pescando, cargando todo el equipo, y con jornadas bastante intensas bajo el sol extremeño, así que le pedí a mi compañero que fuéramos a un sitio, con poco equipaje, sombrita, y en el que pudiéramos tirar unas picadas.

En menos de 10 minutos clavamos los primeros peces.

A veces que un escenario cumpla todos estos requisitos es difícil, pero Dan es un auténtico guía de pesca, y elegimos este río madrileño, con abundancia de peces, en su mayoría barbitos y calandinos, con una corriente moderada de 1 a 3 gramos, profundidad entre 2 y 3 metros, y con una sombra que nos respetó casi toda la mañana.

En cuanto a la pesca Dan pesco al ledgering en la misma orilla, utilizando pellets en el anzuelo y cebando con ellos a mano, por mi parte pesque con una boloñesa haciendo pasadas, cebando y pescando con gusano (con menos de un litro me valió para toda la mañana).

Pocos peces al ledgering.

Normalmente aunque me digan que están saliendo peces en un sitio, hasta que no llego al sitio y lo compruebo no suelo creerlo, y es lo que me pasó esta vez, pero el río no tardo mucho en dar la razón a mi amigo Dan, ya que en apenas 5 minutos yo había podido capturar un par de calandinos, tirar un par de picadas más y Dan pudo capturar el primer barbito de la mañana.

Los pequeños calandinos no tardaron en llegar.

La pesca al ledgering en esta jornada fue un poco menos fructífera en cuanto a número de peces respecto con la boloñesa, eso sí, los que salían eran más grandes. Por mi parte con la boloñesa pude pasar una entretenida mañana tirando muchas picadas, y disfrutando de la fuerza que tienen los Barbos, aunque fueran pequeños (oscilaban entre los 50 y 600 gramos).

Barbos entre 50 y 600 gramos.

Me gustaría agradecer a Dan por la buena mañana que pasamos, y por enseñarme un nuevo sitio que tengo cerca de casa, y que encima es entretenido. Para terminar la jornada nos comimos unos bocatas a la sombra, mientras hablábamos de nuestras batallitas en la pesca, fue otro gran día que no se me olvidará fácilmente.



Texto: Víctor Rodriguez. Imágenes: Víctor Rodriguez y Daniel Porto.

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